Arica: Tras 37 años de espera, conflicto medio ambiental avanza hacia una solución
Presiones de la ONU, la emisión de documentales y la lucha de los vecinos reabren conflicto en búsqueda de soluciones.
37 años de espera parecen haber llegado a su fin o, al menos, es el mayor avance visto desde que comenzó el conflicto medio ambiental que mantiene a los ciudadanos de la población Los Industriales en Arica a la espera de respuestas concretas, debido a las más de 20 mil toneladas de metales pesados que se han acopiado por años al aire libre, afectando a cerca de 12 mil personas.
La historia comienza en la década del 80 cuando la empresa sueca, Boliden Mineal AB envió a la ciudad de Arica cerca de 20.000 toneladas de residuos tóxicos con altas concentraciones de arsénico, mercurio, cadmio y plomo, los que debían ser procesados en un lugar seguro por la empresa Promel a la cual se le pagó más de un millón de dólares. Esto nunca sucedió y los desechos industriales fueron dejados al aire libre, lo que se transformó en un espacio donde niños y niñas jugaban a diario y más tarde en una población de viviendas sociales.
30 años después las consecuencias son evidentes, según consigna un reportaje de BBC Mundo con la historia de María José Bejares quien llegó a vivir a la población Los Industriales el año 91 y cuenta como a sus 5 años jugaba en unos montículos de distintos colores ubicados a pocos metros de su casa sin saber que estaban en un vertedero industrial. Sus padres murieron de cáncer al útero y al pulmón, su hermana mayor tuvo cáncer de mama, la menor, fibrosis pulmonar, su marido sufre de la enfermedad de Phertes que afecta a los huesos de la cadera y su hijo mayor es autista.
Historia que, según señala la BBC, se repite. El estado chileno estima que las víctimas superan las 12 mil personas.
En el documental Toxic Playground, estrenado en 2010 y realizado por Lars Edman y William Johansson, lograron contactar al encargado de medio ambiente de Boliden, quien vio en terreno que los desechos nunca fueron eliminados, mostrando su profundo arrepentimiento al haber tomado esta determinación.
El documental fue visto por un abogado norteamericano, quien, según señala El mostrador, los llamó y les comentó que estaba estudiando la forma de demandar a Boliden en una corte sueca. En ese momento decidieron hacer el filme Arica, grabado por más de 15 años, donde les hicieron seguimiento a las comunidades afectadas en su lucha por justicia. Arica fue estrenado este verano reabriendo la herida.
En marzo, El Mostrador publicó la noticia sobre un grupo de relatores de la Organización de Naciones Unidas que llamó a remediar la situación con urgencia, incluyendo la idea de repatriación de material a Suecia y la compensación de las víctimas.
Marcos Orellana, uno de los relatores vinculados al tema, aseguró a BBC Mundo que “este caso revela décadas de abandono y una grave violación de los derechos a la vida, a la salud y a un medio ambiente sano de los pobladores de Arica que hasta el día de hoy continúan exigiendo justicia ambiental sin recibir respuesta».
Suecia respondió el 21 de mayo que no estaban de acuerdo con la aseveración de que tuvieran alguna obligación al respecto ya que esta materia había sido revisada tanto en Chile como en dicho país.
En Chile, en tanto, el Senado presentó un proyecto este 30 de junio en que se le solicita al Presidente Sebastián Piñera que instruya al Ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, a iniciar en el más breve plazo posible las acciones diplomáticas para que el gobierno sueco repatríe los residuos tóxicos.
El proyecto también pide que la Cancillería “inicie gestiones diplomáticas para lograr asistencia médica especializada a las víctimas de la contaminación ambiental en Arica, así como el íntegro saneamiento ambiental del terreno denominado Sector F, en la ciudad de Arica”.
Si bien no hay respuestas concretas aún, este es el más significativo avance registrado desde 1984 a la fecha y es de esperar que los vecinos afectados reciban en vida la justicia que no tuvieron sus familiares.
A 37 años de la masacre ambiental de la ciudad de Arica, Promel, empresa encargada de tratar los desechos tóxicos suecos, no existe, pero parte de sus socios fundadores, la familia Fosk, son miembros activos de la Sociedad Pesquera Landes. Un antecedente sin duda negativo para quienes actualmente se encuentran a la espera de aprobación para instalar dos plantas de hidrolizados de residuos generados por la industria del salmón, para obtener harina, aceite y proteína líquida, en la Región de Magallanes.
En este sentido, es importante destacar el impacto medioambiental que podría sufrir, según se denuncia en diversas observaciones, el área industrial de Cabo Negro con la instalación de las dos plantas para el manejo de residuos pesqueros, afectando al monumento natural “Los Pingüinos” y a las miles de aves que, durante la época estival, ocupan ese territorio para su reproducción y nidificación, afectando gravemente la biodiversidad y el turismo en esta área silvestre protegida.