Golpes de calor en personas mayores: cómo reconocerlos y prevenirlos en días de altas temperaturas
Las altas temperaturas no solo incomodan: también pueden ser peligrosas, especialmente para las personas mayores. En muchos casos, un golpe de calor puede pasar desapercibido al inicio, por lo que saber identificar los síntomas y tomar medidas simples —como hidratarse bien y evitar el sol— puede marcar la diferencia.
En esta época del año, donde el calor sube y baja constantemente, es importante poner ojo en los grupos de mayor riesgo, como niños y adultos mayores. Un golpe de calor ocurre cuando la temperatura del cuerpo sube de forma repentina y puede llegar fácilmente entre los 38 y 40 grados.
“Se habla de golpe de calor cuando el cuerpo no logra regular su temperatura. Es una condición grave que, si no se trata a tiempo, puede provocar daños importantes en el organismo. Las causas más comunes son la exposición prolongada al sol o realizar actividad física intensa con mucho calor”, explica Katty Gómez, enfermera jefe de Acalis Montahue.
¿Cuáles son los síntomas?
Los signos más frecuentes son fiebre alta, pulso acelerado, mareos, baja de presión, confusión o agitación. También hay que estar atentos si la persona presenta la piel muy caliente y seca, o al contrario, sudoración excesiva.
Otros síntomas que no se deben pasar por alto son dolor de cabeza, náuseas, vómitos, respiración agitada, desmayos e incluso convulsiones. En personas mayores, el golpe de calor puede manifestarse con mucho cansancio, somnolencia o desorientación, lo que aumenta el riesgo de caídas.
Además, los especialistas advierten que el cuadro puede empeorar con el paso de las horas e incluso días, por lo que cualquier señal debe tomarse en serio.
¿Cómo prevenir un golpe de calor?
La clave está en anticiparse. Revisar el pronóstico del tiempo ayuda a prepararse para los días más calurosos. En el caso de las personas mayores, es fundamental que se mantengan bien hidratadas, incluso si no sienten sed.
También se recomienda mantenerlas en lugares frescos, con buena ventilación, y evitar salir o exponerse al sol entre las 11:00 y las 17:00 horas, que es cuando el calor pega más fuerte.
Usar ropa liviana y de colores claros, sombreros de ala ancha y protector solar ayuda bastante. Este último debe reaplicarse cada dos o tres horas