El Ministerio de Medio Ambiente reportó un considerable aumento en el ruido nocturno desde que terminó el toque de queda el pasado 1 de octubre.

Según informó El Mercurio, la secretaría de Estado registró la energía acústica en la vía pública mediante 14 estaciones, las que principalmente receptan el tránsito vehicular, aunque eventos y fiestas también influyen en la medición.

De esta forma, la cartera encabezada por Carolina Schmidt reportó un aumento del 60% en el ruido entre las 23:00 horas y las 6:00 horas en las estaciones de medición de Alameda, Santa Rosa, Autopista Central y La Florida. En regiones, el mismo aumento se registró en Concepción y Viña del Mar.

En tanto, hubo un incremento del 25% en las estaciones de Providencia e Independencia, mientras que en IV Centenario (Las Condes) llegó a un 100%.

Producto de la situación, la ministra Schmidt informó que el Gobierno trabaja en «una gestión del control del ruido ambiental, proporcionando la entrada de buses eléctricos y elaborando una futura norma de calidad que permitirá establecer estándares máximos de ruido ambiental».

Igor Valdebenito, jefe del departamento de Ruidos, Lumínica y Olores del ministerio de Medio Ambiente, indicó al citado medio que el mayor aumento de ruido ocurrió en las estaciones «más cercanas a negocios, porque hubo más actividad nocturna», aunque remarcó que «en general el ruido ambiental está dominado por el tráfico».

Respecto a la metodología de medición, Valdebenito detalló que tiene una «escala logarítmica, por lo que no es lineal, es similar a un terremoto». De esta forma, el aumento de un decibel representa un aumento de 25% más, de dos un incremento del 60% y de tres un 100% más.

Además, el funcionario advirtió que el ruido probablemente siga incrementando, ya que aún no se alcanza el nivel pre-pandemia.

«La pandemia nos dio una oportunidad de percibir el silencio y bajos niveles de ruido, los que debiéramos tener en la noche para dormir (…). Estamos expuestos a altos niveles de ruido ambiental, que nos provocan diferentes efectos», explicó Valdebenito.

En la misma línea, el jefe del departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico, Andrei Tchernitchin, complementó que «estar expuestos a ruido nocturno, incluso por periodos cortos, es perjudicial para la salud porque aumenta el estrés, lo que no permite un sueño adecuado y aumenta los niveles de cortisol, una hormona que disminuye la inmunidad».

El investigador de la Universidad de Chile catalogó como preocupante que «nos acostumbremos a vivir con mucho ruido, porque mientras más prolongado el daño, es mayor (…) sobre todo los estudiantes y personas jóvenes se ven afectados por esto, con mayores índices de desconcentración, peor desempeño laboral y en los aprendizajes».

ATON Chile.