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Ahora tu cuerpo es tu contraseña

A medida que los pagos móviles se expanden rápidamente, la seguridad y la autenticación del consumidor nunca habían sido tan importantes. Con las nuevas formas de autenticación biométrica ahora disponibles, la fisiología representa el futuro de la seguridad.

Con la llegada del Touch ID del iPhone, la biometría se alejó de su nicho específico para volverse moneda corriente. Durante varios años, la identificación biométrica se ha usado, por ejemplo, para el acceso a edificios, pero el iPhone fue el primer producto de consumo importante en ofrecer la tecnología. Desde entonces, Apple Pay ha generado un avance de los pagos móviles y ha añadido la autenticación biométrica como una forma de seguridad clave para el futuro. De hecho, según las investigaciones de Acuity Market Intelligence, para 2020 todos los dispositivos móviles van a tener sensores biométricos integrados.

El continuo aumento de las amenazas a la seguridad cibernética implica la necesidad de contar con formas de autenticación más robustas –especialmente en lo que respecta a los pagos electrónicos– para proteger la seguridad personal. Lo que está claro es que el uso continuo de contraseñas alfanuméricas establecidas no ofrece el nivel de protección que se requiere hoy en día. El cuerpo humano tiene numerosas características únicas que se pueden usar como forma de identificación. Desde las huellas dactilares y el patrón de las venas de la mano hasta la marcha de una persona o, incluso, su ritmo cardíaco, el uso de estas características únicas como identificación biológica ha estado evolucionando durante décadas.

La biometría en acción

Ahora otras compañías junto con Apple están comenzando a desplegarla a un grupo de clientes más amplio. Recientemente, MasterCard lanzó Identity Check Mobile, que usa la biometría, por ejemplo, las huellas dactilares o el reconocimiento facial, para verificar la identidad de un tarjetahabiente, lo que simplifica las compras en línea. El año pasado, Alibaba demostró lo que llama su sistema VR Pay, por el que los usuarios solo asienten con la cabeza para comparar bienes cuando están dentro de un entorno de realidad virtual. 

El sector de los servicios financieros también está adoptando la autenticación biométrica. El banco Ogaki Kyoritsu de Japón planea usar lectores de palmas en sus sucursales para identificar a los clientes. Una actualización de la banca del Citi ahora permite a los clientes usar una serie de datos biométricos, entre ellos el reconocimiento facial, para iniciar sesión en sus cuentas. El banco BBVA de España también está usando el reconocimiento facial para que los clientes nuevos puedan abrir una cuenta. Y con tan solo tomar una selfie, los brasileños ahora pueden registrarse en la banca móvil o en línea con una iniciativa de Neon.

Según BCC Research, para 2020 el mercado mundial de tecnologías biométricas va a alcanzar los USD 41,500 millones. La tecnología de huellas dactilares como segmento podría aumentar de USD 8,800 millones en 2015 a USD 24,400 millones en 2020, con una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) de 22.8% en el período previsto. El segmento de las tecnologías facial, de iris, de venas y de voz de este mercado va a aumentar de USD 4,200 millones en 2015 a USD 11,900 millones para 2020, una TCAC de 22.9% para ese periodo.

«Creemos que el uso de la tecnología biométrica es un buen acuerdo entre la experiencia del usuario y un buen nivel de seguridad, que es tan necesario», dice Michael Sass, jefe para EMEA, Soluciones de Identidad, MasterCard. «Además, vemos la biometría como un componente esencial de todos los puntos de contacto del cliente, desde el comercio electrónico hasta los pagos de billetera móvil. Y la autenticación del centro de llamadas es también un punto de contacto adicional interesante».

Ampliando el uso

El uso de la biometría para autorizar pagos es solo uno de sus usos. Numerosos gobiernos están desarrollando activamente nuevos programas de identificación que van a usar la biometría como base. En Túnez, por ejemplo, la legislación propuesta llama a todos los ciudadanos a llevar una tarjeta de identidad codificada con varias formas de datos biométricos. En Australia, ya está en marcha la primera fase del Servicio de Verificación Facial, que permite a la Policía Federal de Australia inicialmente comparar fotos de nuevos solicitantes de la ciudadanía con las imágenes en archivo. Y la Oficina de Inmigración de las Filipinas planea vincular el reconocimiento facial del Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino de Manila con las bases de datos de la Interpol para combatir el crimen y el terrorismo.

La oposición de los grupos de derechos humanos y de privacidad ha sido clara. La biometría efectivamente ofrece una solución de autenticación, pero el nivel de información personal que los ciudadanos necesitarían codificar aún no es comprendido por numerosos gobiernos.

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