NacionalSalud

Científicos chilenos identifican antioxidantes altamente bioactivos en desechos del calafate

Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Chile reveló que los residuos del calafate —como cáscaras, semillas y fibra— contienen antioxidantes con una capacidad biológica significativamente superior a la del fruto que habitualmente se consume. El hallazgo demuestra que los compuestos antioxidantes más potentes no se concentran en la pulpa, sino en subproductos que actualmente se desechan durante su procesamiento industrial.

El calafate (Berberis microphylla) es un fruto endémico de la Patagonia, ampliamente valorado por su aporte nutricional y su alta concentración de antioxidantes, vitaminas y minerales. No obstante, en la elaboración de jugos, mermeladas y otros derivados, una fracción considerable del fruto se transforma en residuos, los cuales históricamente han sido considerados de bajo o nulo valor.

Frente a este escenario, un equipo de científicos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile se propuso evaluar el potencial biológico de estos subproductos. La investigación demostró que en ellos se concentra una fracción antioxidante altamente bioactiva, capaz de ser hasta mil veces más efectiva a nivel celular que los extractos tradicionales obtenidos del fruto completo.

El estudio fue publicado en la revista científica Food Research International bajo el título “Insoluble-bound phenolics from calafate byproducts: Impact on redox status and oxidative protection in Caco-2 cells”. La investigación fue liderada por los académicos del INTA, Dr. Adriano Costa de Camargo y Dr. Omar Porras, junto a la estudiante del Doctorado en Nutrición y Alimentos, Alina Concepción Álvarez, y se desarrolló en el marco del proyecto FONDECYT Regular N°1220470.

“Esta investigación surge a partir del interés por estudiar fracciones fenólicas poco exploradas, especialmente aquellas que se encuentran unidas a la matriz de subproductos de frutas”, señalaron los investigadores.

El valor oculto de los desechos del calafate

El foco del estudio estuvo en los denominados compuestos fenólicos insoluble-bound, es decir, polifenoles que se encuentran químicamente unidos a la fibra vegetal. A diferencia de los antioxidantes solubles, estos compuestos no se absorben en el intestino delgado, lo que les permite llegar prácticamente intactos al colon.

Esta característica resulta clave, ya que en el intestino grueso los polifenoles unidos a la fibra pueden ser biotransformados por la microbiota intestinal, generando metabolitos con efectos biológicos relevantes, especialmente a nivel local.

“Los polifenoles unidos a la fibra han sido tradicionalmente subestimados. Sin embargo, su resistencia a la digestión les permite ejercer efectos mucho más potentes una vez que interactúan con la microbiota intestinal”, explicó la investigadora Alina Concepción Álvarez.

Para evaluar su impacto, el equipo utilizó un modelo de células intestinales humanas (Caco-2), comparando el efecto antioxidante de esta fracción insoluble con el de los extractos libres tradicionales del calafate. Los resultados fueron concluyentes: se necesitó hasta mil veces menos cantidad de compuestos insolubles para alcanzar el mismo nivel de protección celular frente al estrés oxidativo.

Según los investigadores, estos resultados refuerzan la idea de que la funcionalidad de un alimento no depende únicamente de la cantidad total de antioxidantes que contiene, sino también de la forma en que estos se integran a la matriz alimentaria y de su comportamiento durante la digestión.

Proyección en salud y sostenibilidad

El estudio aporta evidencia científica relevante para el desarrollo de nuevos ingredientes funcionales enfocados en la salud intestinal y metabólica, así como para futuras aplicaciones en el ámbito nutracéutico y alimentario.

Asimismo, los resultados permiten revalorizar los subproductos del calafate desde una perspectiva sostenible, alineada con los principios de la economía circular y la reducción de residuos agroindustriales.

De esta manera, una fruta emblemática del sur de Chile no solo confirma su valor nutricional, sino que abre nuevas oportunidades para la innovación científica y tecnológica, demostrando que aquello que hoy se descarta podría convertirse en un recurso clave para la salud y el desarrollo sostenible.

Post anterior

¿Dónde parte y dónde termina la Navidad? El primer y último lugar del mundo en celebrar el 25 de diciembre

Post siguiente

Meteorólogo advierte intensa ola de calor en Santiago: temperaturas podrían superar los 35 °C y alcanzar hasta 43 °C al sol