El líder y eventual candidato presidencial del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, respaldó la decisión de su colectividad, la cual se restó de las primarias que la Unidad Constituyente fijó para el 21 de agosto, y que tendría midiéndose a los candidatos Yasna Provoste (DC), Paula Narváez (PS) y Carlos Maldonado (PR).

En ese plano, Enríquez-Ominami, en conversación con T13, sostuvo que el mecanismo decidido por la centroizquierda para definir una carta presidencial es «valorable», pero al mismo tiempo «imprudente» y una improvisación. Además, tiene una exigencia principal que el PRO no puede atender, en relación a sus costos.

«Me declaro sorprendido de que a cuatro semanas de la inscripción estemos discutiendo un mecanismo, al margen de la ley, que cuesta $500 millones de pesos. Cada partido debiera poner 120 millones de pesos. La familia progresista no tiene esa plata», sostuvo el ex-candidato presidencial, quien aseguró que si bien no buscará dividir al sector, la alternativa no le parece la idónea.

«Voy a ayudar a la unidad, no me voy a restar de eso, pero no me parece serio. No le vamos a disparar a este mecanismo, pero no vamos a ser parte de eso que ni siquiera se puede llamar primaria», aseguró MEO, quien advirtió que se arriesga mucho con esta consulta, pues se llama a comparar con la primaria legal que involucró a más de 3 millones de votantes.

«Si somos mínimamente sinceros esta no es una consulta solamente para escuchar al pueblo de Chile es también para arreglar cuentas entre ellos», mencionó, agregando que «me hubiese gustado una gran primaria todos unidos. Boric y Jadue no la quisieron, también es cierto que Narváez y Provoste tampoco empujaron mucho por esa primaria. Es una pena, vamos a llegar divididos. Hay un riesgo que Piñera gobierne cuatro años más a través de su control remoto Sichel, tenemos un problema».

ML/ATON Chile.